Los niños participan en una pequeña prueba diseñada para evaluar el aprendizaje adquirido a lo largo de varios meses. Esta evaluación se basa en el trabajo realizado en clase y tiene como objetivo medir sus avances en las distintas áreas del idioma. La expresión oral se evalúa de manera continua a lo largo del curso, ya que el desarrollo de la habilidad comunicativa en inglés es considerado fundamental para el aprendizaje. Los profesores observan constantemente la evolución de cada alumno, valorando su capacidad para hablar y comprender el idioma en contextos prácticos.

Además, el centro otorga gran importancia a la comunicación fluida entre los padres y el centro educativo. Para asegurar que las familias estén al tanto del progreso de sus hijos, se proporcionan informes trimestrales que detallan los logros, las áreas de mejora y las recomendaciones para avanzar en su aprendizaje. Estos informes permiten a los padres seguir de cerca la evolución académica de sus hijos y comprender mejor su desarrollo.