En cada sesión, dedicamos la primera parte a despertar la sensibilidad y los cinco sentidos mediante dinámicas que promueven la conciencia corporal, la respiración, el contacto físico y la complicidad grupal. Estas actividades iniciales están diseñadas para conectar a los participantes con su propio cuerpo y con los demás, creando un ambiente de confianza y cohesión.

En la segunda parte de la sesión, continuamos el trabajo a través de improvisaciones estructuradas, tanto en parejas como en grupo. Estas improvisaciones se basan en elementos como el espacio, el ritmo, la acción y, por supuesto, el desarrollo de los personajes. Este enfoque permite a los participantes experimentar con diferentes aspectos de la interpretación y explorar sus reacciones y respuestas en diversas situaciones escénicas.

“3, 2, 1… ¡acción!” es un proceso de creación y laboratorio centrado en el trabajo de interpretación y la perspectiva cinematográfica. Nos adentramos en el mundo del actor y la cámara para crear escenas cinematográficas, decidiendo qué tipos de planos (como plano general, primer plano, contrapicado, plano detalle, traveling, entre otros) utilizaremos para contar la historia de manera efectiva. Cada elección de plano y enfoque se realiza con una intención clara, aportando un sentido, contenido, carácter y propósito específicos a cada escena.

El último día del curso, por la tarde, llevamos a cabo una muestra abierta al público. Esta presentación final permite a los participantes compartir el trabajo realizado a lo largo del curso, mostrando las escenas creadas y las habilidades desarrolladas en un entorno de apoyo y apreciación. Es una oportunidad para que los participantes experimenten la culminación de su proceso de aprendizaje y reciban retroalimentación directa de los espectadores.